Mujeres e Igualdad
Fecha de publicación: 2014-05-12, Por Alejandro Horta / Encargado Técnico / Centro de Terapia del Comportamiento
Las mujeres día a día ocupan más espacios en nuestra sociedad. Es así como cada vez resulta menos sorprendente comprobar su participación en distintas actividades y áreas del quehacer, que hasta hace poco tiempo, estaban pensadas de manera exclusiva para los hombres, como si existiera un mandato preestablecido que así lo estipulara. En diferentes áreas y sectores podemos comprobar la presencia y aporte de las mujeres: obreras, profesionales, choferes, administrativas, parlamentarias, ministras, presidentas.
Esto, que hoy parece tan común, hasta hace algún tiempo atrás probablemente habría sido causa de debate, críticas y fuerte oposición. Pero la irrupción de las mujeres ha sido un proceso largo y difícil, plagado de desafíos, incomprensiones, esfuerzos, sacrificios, avances y retrocesos, donde la lucha que se ha tenido que dar partió desde las propias mujeres, en el sentido de replantearse su rol en la sociedad, la forma de apreciar su entorno y de posicionarse en éste.
Pero dicho posicionamiento y la obtención de ciertos reconocimientos, muchas veces ha implicado el aumento de esfuerzos y de dedicación como también experimentar mayores cargas emocionales, angustia y tensión. Esto porque si bien la mujer ha ido cambiando y asumiendo los nuevos desafíos, la cultura predominante continúa siendo machista y no ha ido a la par con las nuevas realidades. Es así como hoy además de los roles y miradas tradicionales acerca de la mujer (madre, abuela, hija, esposa, dueña de casa) se han agregado otras relacionadas con la modernidad: estudiante, trabajadora, profesional
Sin embargo esta asunción de nuevos roles no ha implicado en todos los casos un acomodo de las responsabilidades, expectativas y requerimientos de todos los integrantes de la sociedad.
Existe una tarea pendiente que depende de cada uno de los integrantes de la sociedad en términos de generar espacios y propiciar una cultura donde se reconozca y respete a la mujer y al hombre como iguales en derechos y obligaciones. Y esta tarea parte de cada uno de nosotros y se materializa en gestos, opiniones, conversaciones y decisiones.
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